sábado, 31 de agosto de 2013

La Matanza de la Escuela Santa María en Iquique

  
 Han pasado más de cien años desde que ocurrió uno de los hechos más lamentables y tristes de la historia de la sociedad chilena, la matanza de la Escuela de Santa María de Iquique, ocurrida el 21 de diciembre del año 1907.
    La industria salitrera se encontraba en su máximo apogeo en la provincia de Tarapacá, en el norte chileno (territorio arrebatado recientemente al Perú y a Bolivia durante la llamada Guerra del Pacífico). La explotación del salitre se encontraba principalmente en manos  de  ingleses, y  a pesar de que se producían enormes riquezas gracias a este recurso, pocas de estas ganancias iban a dar a manos de los obreros que la trabajaban.

        El origen de este conflicto se remonta a los reclamos que iniciaron los trabajadores de la pampa salitrera en Chile, quienes exigían mejoras en sus condiciones de trabajo, debido a que éstas eran miserables. Los trabajadores eran sometidos a la  explotación día a día y a cambio recibían un salario que ni siquiera les  alcanzaba para cubrir sus necesidades de subsistencia.
     Al no ser tomadas en cuenta sus demandas, los trabajadores pidieron que se les facilitaran los medios para volver al sur del país, desde donde la mayoría ellos provenían.
Ante una nueva respuesta negativa del gobierno a sus demandas, los trabajadores decidieron ir a huelga (conocida como “la de los catorce peniques”), a la cual se integraron rápidamente miles de obreros provenientes de las diferentes oficinas salitreras de Chile.
    Ante el fracaso de todas sus intenciones por llegar a un acuerdo, los trabajadores salitreros decidieron desalojar la escuela Santa María, donde se encontraban unos 5.000 huelguistas alojados.
    El gobierno, bajo el mandato de Pedro Montt, intentó hacer todo lo posible por frenar este movimiento, por lo cual, el general del ejército de Valparaíso Roberto Silva Renard, hizo avanzar dos ametralladoras, colocándolas frente a la escuela. Sólo unos doscientos trabajadores lograron abandonar el lugar.
    Luego, un par de horas más tarde, comenzó el fuego de ametralladoras y fusilería, los cuales atravesaban los quebradizos muros de madera de la escuela. Cientos de personas cayeron heridas.
   Una vez que habían finalizado los disparos, la infantería del ejército entró a la escuela usando sus armas en contra de los obreros. Los trabajadores que trataban de huir, eran heridos con una lanza por los soldados a caballo.
   Después de varios minutos de horror, los huelguistas detenidos (unas 6.000 a 7.000 personas aproximadamente), fueron llevados hacia el Hipódromo por el ejército,  en donde estos cometieron nuevos asesinatos.
   El general Silva Renard fue quien estuvo a cargo de las tropas militares y bajo las instrucciones del ministro del interior de la época, Rafael Sotomayor Gaete, ponen fin a la rebelión y ordenando matar en Iquique a miles de trabajadores que venían desde las salitreras con el objetivo de poner fin a la desigualdad social vivida en la época. 

     Es en este momento de la historia cuando se inicia el gran movimiento obrero, el cual ha dejado marcado con sangre un legado que hasta hoy los trabajadores agradecen, pero recuerdan con profundo dolor.


Fuentes:




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